11 am. Piura, Perú. Enero 13 de 2008
El recorrido de Guayaquil a Piura fue extenuante, 12 horas en un bus lento y soñoliento, el camino fue a través de un desierto pobre y moribundo adornado con las olas del Océano Pacifico. Estamos sentados en un terminal sucio y maloliente, el calor enfada, y solo hasta las 3:30 pm podremos seguir nuestro camino.

Ecuador fue una sorpresa, la verdad es que no tenía muchas expectativas, incluso en algún momento pensamos en disminuir los días, es el pecado de los prejuicios, de la ignorancia, de la abundancia de preconceptos. Afortunadamente vivimos ecuador al máximo y pudimos entender un poco de su cultura y de su locura. Quito, la capital, fue una ciudad amable y acogedora, su organizado sistema de transporte, sus parques para la gente, sus monumentos históricos, el teleférico más empinado del mundo (4100 metros sobre el nivel del mar), la zona de hostales inundada de extranjeros atraídos con el centro del mundo, y su agitada vida nocturna. Lo malo, el frío; el maltrato a los colombianos residentes; la cantidad de gente armada en las calles; y las mujeres, nada que hacer, aunque esto se compensa con las extranjeras, especialmente las argentinas y como no decirlo, las chilenas. Viva Chile Carajo.

El día de ayer fue un día difícil, llegamos a Guayaquil con la intensión de descansar un poco del trajin nocturno que nos ofreció montañita, pero fue solo que pisáramos tierra guayaca para que tuviéramos dos invitaciones para conocer los sitios turísticos de Guayaquil en un Road Party. Bueno pues el Road Party es un recorrido nocturno por los sitios turísticos, bares, discotecas, nunca se debe uno detener, sino variar, fue tal la fiesta de ese día que terminamos en un sitio llamado LAS PLAYAS, a 40 minutos de Guayaquil. Esta fiesta fue organizada por Alfred, un guayaquileño que conocimos en Cali cuando yo era barman de Garden Lounge, y un martes en la noche aparece un extranjero que se baja de un taxi indignado porque le pidió al chofer que lo llevara a los mejores sitios de la ciudad y este lo llevo a prostíbulos. Esa noche en compensación pues le dimos trago a la lata y al otro día lo llevamos a los buenos sitios de la ciudad. La otra organizadora es Kathy, quién nos está hospedando gracias a que un año atrás yo recibí a su prima Cristina luego de que ella me pidió hospedaje por una comunidad llamada www.hospitalityclub.org.

Guayaquil es una ciudad calurosa y humeda, ubicada junto al rio guayas, es el principal puerto fluvial del país, y aquí se concentra el poder económico de la nación, se puede decir que hay una lucha de poderes entre quito y Guayaquil debido a que en Quito se concentra el poder político.
En el road party visitamos el imponente malecón 2001; el malecón del salado, donde se ubican bares y cafes junto al río; el museo antropológico de Ecuador, que abre sus puertas hasta las 12 de la noche y alberga los vestigios de la cultura indígena ecuatoriana; también conocimos el barrio fundacional de Guayaquil, el barrio las peñas, y por último las playas donde bailamos hasta el amanecer.

Dije hace un rato que ayer fue un día difícil porque sumados al guayabo de Guayaquil y al cansancio de Montañita, Cabrera tiene una gastritis que lo tiene vomitando cada 10 segundos, y Chicha tiene una especie de dengue que lo tiene sin fuerza y sin motivación, asi y todo toca seguir el camino hacia Perú, pero las caras de no son de emoción sino de desgano y hasta de malgenio, nadie habla, todos estamos dispersos, es el síntoma de 17 trajinados días de ruta.

A medida que avanzamos, a medida que el kilometraje que nos separa de Cali aumenta, son cada vez más las imágenes que se nos presentan. Esa es quizá la magia de viajar, ese es quizá el objetivo de alejarse del universo que siempre estamos habitando. Viajar es una expansión de los sentidos mas íntimos, es ampliar el mapa geográfico y cultural, es reducir nuestra incapacidad de tolerancia, es también reinventarse y cuestionarse sobre el ser y el no ser, es la capacidad de asombro, de miedo, e incluso la capacidad para enloquecer.

Para hablar de locura, para hablar un poco de la embriaquez de los sentidos, esa que tanto nos atrae y que tanto repelemos, no me queda de otra que hablar de montañita. Ubicada a dos horas y media de Guayaquil, Montañita no es esa capital hippie de que tanto hablan los website de viajeros. Podría decir más bien que montañita es un lugar para el hedonismo, un lugar dedicado al placer a bajo costo y con una identidad cultural que la define como de ciudadanos del mundo, en montañita no hay una nacionalidad.

5:00 pm. Vía a Lima
Llevamos una hora recorriendo el desierto del norte peruano, a mi lado un sol anaranjado se acerca a la tierra, pienso en la Guajira, en la más alta guajira, un recuerdo, un rostro, un día, algo en que pensar, para encontrar a esa princesa vampira que respira, que respira y me mira. El bus tiene dos pisos pero es un lechero como cualquiera, olores a comida grasosa, niños al borde de la locura, vendedores de hierbas milagrosas, y maletas adoquinadas con tejidos que dicen DIESSEL. Lentamente se funden la tierra y el sol, el anaranjado se vuelve rojo, pienso en lo sublime, en lo bello y lo feo, en la existencia de la vida y la muerte, en el dolor y la alegría, en el amor y el odio. Voy en este viaje buscando la nada, pero siento que lo recibo todo, son estas imágenes las que me hacen viajar, son lo feo y lo bonito, son todas esas caras, esos acentos, esas extrañas costumbres, es esa playa del goce eterno, es ese frío intrigante del paramo, son esos indígenas cultivando trucha, es esa calle trazada por el tiempo, son todos esos roces, esos contactos, son esos sabores, esos labios y ese cuerpo sureño, son este asiento y las 14 horas que faltan para llegar a Lima.
Montañita es una población pequeña de antiguos cultivadores de cabuya, hoy solo vive del turismo, el turismo es un milagro caído del cielo que levanto a esta población. Hace 9 años inicio una sequia biblica que mato los cultivos de cabuya, cuentan los nativos que la gente lloraba y se hacían procesiones a la virgen pidiendo que volviera el agua. Por esa época un brasilero y un peruano visitaban montañita para montar sus tablas de surf, fueron ellos los primeros en montar esta olas y quienes trajeron mas surfistas y empezaron a generar el mercado de surfistas, asi como Ilona llega con la lluvia, es curioso que con los surfistas volvieran las lluvias pero ya nadie quería cultivar cabuya, el negocio era otro, desde ahí montañita se convierte en un polo de atracción de turistas de todo el mundo.
Ese concepto del surf atrajo a artesanos y a un tipo de viajero no tanto atraído por el glamour y la comodidad sino por brindarse mutuamente un coctel de diversión y descanso. Por eso la fiesta es esencial en montañita, y con ella la droga y el sexo. En montañita se consigue de todo, desde una gringa que lleva 3 años y solo le importa el sexo, hasta una rola que lleva seis meses y lo único que hace es meter coca peruana de las 7 a las 7, es imparable; incluso dealers que te ofrecen desde marihuana hasta la famosísima Cristal, perfecta para los RAVES sin final de montañita. Así y todo hay surfistas concentrados en la buena ola, excursiones de universitarias argentinas y chilenas, alemanas locas por el mas cholo de los cholos, incluso familias europeas vestidas con artesanías del ecuador, un poco de todo, y para todos.
La primera noche en montañita nos recibió con una fiesta de música colombiana en vivo, una emoción total ver a todo este poco de especies bailar nuestra música, ese día vimos el amanecer a ritmo de mapale. En el día un poco de tabla, aunque no pude pararme en la ola y lo único que logre fue un arrastre de unos cuatro metros que fue mi gran victoria del día. Los otros días fueron de sol, playa, mar, kaipiroski, cerveza pilsener, where are you from, i from argentina!! Ohh que bien, nosotros somos de Colombia y vamos pa buenos aires….ohhh que bueno!!! Que minas las argentinas pa fumar marihuana!! En serio!!! Increíble!! Je je je!!!

1:30 pm. Lima. Flying Dog Hostal. Enero 18 de 2008
Falta 1 hora pa viajar hacía Cusco, el ambiente está tenso, Chicha y Cabro salieron ayer con unas peruanas, y Chicha está ofendido porque Cabro se emborracho y lo único que hizo fue rajar del Perú, obviamente las nenas se ofendieron y se les daño el parche. Afortunadamente me quede anoche en el hostal editando el video del viaje, bravos o no, la ruta continúa, viene de uno de los principales objetivos del viaje: El cusco, la capital arqueológica de América.
Lima fue un lugar de reposo, sentarse a ver los acantilados, ver pasar la extraña niebla sureña que habita esta ciudad a nivel del mar (un fenómeno extrañísimo), tomarse un café en el mirador al mar (hay un centro comercial en los acantilados, hermoso), sentarse en las playas de piedra y ver a los surfistas luchar con la ola, entrar en sus aguas heladas que nos recuerdan nuestra cercanía al sur.

Lima es una ciudad extraña, una ciudad pobre pero al mismo tiempo moderna y poblada extranjeros, al igual que Quito hay por todo lado gente de todo el mundo atraída por sus maravillas arqueológicas. Nuestro hostal es una cadena llamada Flying Dog, 11 dolares la noche, todos los extranjeros llegan a sus tres sedes. Aquí conocimos argentinas y canadienses, el hostal tiene bar, sala de TV, internet, billar, balcones a barrio Miraflores, el mejor de la ciudad; muy buenos baños y muy buena atención, es una gran opción de viaje este sitio. En general todos los hostales que hemos visitado tiene gran atención, buenos precios y muy limpios.

El centro de lima mantiene su historia, monumentos a San Martín, el libertador, iglesias coloniales, aunque la verdad el centro histórico esta hecho para la noche gracias a un interesante trabajo de iluminación, en el día no hay mucha diferencia con Bogotá o Quito.

Seguimos en la Ruta, ya empiezo a sentir la presión del trabajo sobre mis espaldas, el tiempo pesa, el dinero disminuye, y ya estoy empezando a revisar las tarifas aéreas. Cada vez que reviso el mail salen mil cosas en Cali, definitivamente ya no tengo 23 años, la vida responsable pesa un resto y me da ganas de mandarla a la mierda, pero recuerdo que es gracias a ese trabajo y a esas responsabilidades que puedo darme el lujo de estar acá y de llegar con dinero para dos meses mas de vida en la rutina convencional, de todos modos esta presión la tenia clara desde que salí de Cali y es un peso constante que debo soportar, de todos modos ya vamos pal Cusco, eso no me lo pierdo.