Tuesday, March 28, 2006


Relato del novio que no tuvo un polvo en el baño de una discoteca
Por Juan Carlos Lorza
Estoy corriendo. ¿Qué…Por qué la llamé después de todo? No sé. Pensé que los recuerdos surtirían efecto. Llegó con camiseta blanca forrada al cuerpo en estampado barato que decía “¿Quién dijo miedo?” Pidió una malteada de macadamia, sacó un cigarrillo y lo prendió. La gente se molestó a nuestro alrededor, intenté decirle pero ella me habló primero: “fresco, esa gente no sabe lo bueno que sabe esto con un cigarro, ¿querés uno?”. Me quede frío, sin saber qué decir. Iba a volver a hablar cuando me dijo “aquí cerquita hay un lugar para que estés más tranquilo y la gente no te moleste”.

Cuando llegamos miré la entrada sorprendido. Había un letrero de neón verde y rojo que anunciaba la bienvenida; en la pared, una cartelera: “Habitaciones con parqueadero y maquina del amor, $25.000 – Habitaciones sencillas $15.000”. Después de pagar los quince mil pesos entramos a un pasadizo de luz roja y sonidos de televisor y gemidos de habitación a habitación. “No digas nada, este es mi lugar y desde ahora invito yo”. Me quitó la ropa sin ningún pudor, prendió el televisor, puso un canal de porno, se acomodó de espaldas para que entrara en ella. Yo no entendía nada. Incluso adentro todo era diferente. Después de dos intentos no pude seguir, mi cuerpo no daba, mi mente no encontraba ideas claras. Me dijo que me entendía, que estuviera fresco, se vistió y salio del cuarto como si nada, me quede sentado sobre la cama, desnudo, callado, al fondo el gemido del televisor, a las dos segundos volvió y me dijo en tono irónico: “recuerda que nunca te olvidaré”, me dio un beso en la mejilla y se fue.

Sigo corriendo. Están a punto de alcanzarme. Llevo días sin dormir, sin comer, sin estudiar. Le he perdido el gusto a los libros, al Play, a la vida… será que si paro entienden que le he perdido el gusto a mi propia moral. Mis amigos intentaron darme consejos pero se mamaron de mi quemadera: “no parce, no puedo, estoy muy ocupado”, que la tesis, que los proyectos, que la rumba, que las hembritas, que la novia……..maldita sea que la novia. Ella odiaba el “maldita sea”, lo odiaba, “malditasea es una palabra tan fea que ni Wor la corrige”, entonces me tocaba decirle que no la corregía porque “maldita sea” no es una palabra sino la unión de dos palabras y que no se dice “Wor” sino “Word”.

Me han alcanzado. Recibo golpes y madrazos. La escucho llorar, gritarme, que cómo había hecho eso, que estaba loco. Me tienen controlado. Siento la sangre recorrer mi cara, dos tombos me llevan hacia el lugar del crimen: “¿te ibas a volar, malparido?¿ Te ibas a volar?”. La discoteca esta llena de sirenas, de gente chismosa haciendo conjeturas, veo las caras de quienes ahora me juzgan. Que terrorista, que bandolero, que criminal.

Sí, yo lo mate…debí haberla matado a ella pero lo mate a él…..entré a las doce al lugar y me senté en una esquina, la vi en medio de la pista bailando. Mujer hermosa, libre, sensual, polvo fácil, el orgasmo todavía más fácil. ¡Dios, que mujer nos ha traído Satán, hasta tú te empeñas en no perder la cabeza! No puedo negar que al mirarla se me paró, había cuatro o cinco más que la miraban, la vi rechazar a dos que se le aproximaron, supuse que eran amantes que ya perdieron su oportunidad, o quizá nuevos pretendientes que desean poder tener una noche con ella. Confieso que vine a matarla a ella.

Seguí mirándola mientras se fue aferrando al cuerpo de un tipo de pelo largo y camisa negra, sin perder tiempo se fueron al baño. Me tome el trago de whisky en fondo blanco. Abrí la puerta del baño de una patada, ella estaba sentada en la taza, abierta de piernas mientras el tipo chupaba, empecé a apuntarles a los dos, la pistola se movía de lado a lado como en los juegos de Play, el tipo arrodillado se fue haciendo hacia atrás. Isabella me decía “Julián que vas a hacer………cálmate, vení hablemos”, la pistola se movía de lado a lado, ya no había marcha atrás…Tin Marín de do pingüé kukaramakara……titere..tassssssssssstasssssssssstasssssssssssss………tres tiros……uno en la cabeza, otro en la pared y otro en el pecho. ¿Quién dijo miedo? ¿No dizque sólo te importa la libertad?……..Te he liberado de uno más… y de mí…. ¿Por qué lloras? ¿Será porque me voy a la cárcel o será porque ahora sí estas libre?


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